Taylor Kirkland haría lo que fuera por ganar la custodia de su única hija. Así que cuando la cautivadora Carol Lansing se trasladó a vivir al pueblo, Tay tuvo una idea brillante. ¿Qué mejor forma de conseguir recuperar a su hijita que con aquella preciosa mujer a su lado como esposa?
Carol tenía sus propias razones para considerar la propuesta de Taylor, y sólo una tenía que ver con convertirse en la mamá de la adorable pequeña. Cada segundo pasado con Tay llevaba a aquella mujer equilibrada directamente a la distracción. ¿Cómo podría rechazar al hombre que podría ser un marido perfecto?
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