Dante Ramos no es ninguna flor. Es una bestia. Y ahora, mi bestia.
Metro noventa. Abdominales de acero. Sonrisa de diablo. Actitud de lobo hambriento. Su vida era el club. Motos, alcohol, sexo. Armas, adrenalina, anarquía.
Y entonces me conoció a mí. La hija de su jefe. El fruto prohibido. 21 años. Virgen. Atractiva. De vuelta en la ciudad. Me devoró con los ojos a mi primera vista.
No tardó mucho en que pasara lo inevitable. F*llamos. Le amo. Me ama. Y mataría por mí. Pero ahora debe enfrentarse a sus demonios. A mi padre. A su club. Y salir vivo de esa.
Pero le quiero, y va a ser mío. No estoy dispuesto a verle caer. Aunque yo deba enfrentarme al mundo. A mi padre. Al club.
Dante es mío. Para siempre
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