domingo, 11 de marzo de 2018

Bella hecha Bestia



Una vez la pruebe, ambos estaremos perdidos.

Todos me llaman “Bestia”. Pese a ser príncipe de uno de los reinos más prósperos, y tener un cuerpo por el que muchas princesas suspirarían. ¿Porqué? Por toda la oscuridad que hay dentro de mí, alimentando al monstruo que soy, y que debo contener.

Es por eso por lo que decidí alejarme del mundo, recluido en mi castillo. He hecho daño antes, y quiero evitar que vuelva a pasar. Por desgracia, me invitaron a una boda de la realeza, y no pude evitar ir. 

Fue ahí cuando la vi. La mujer más bella que he visto nunca. Inocente. Pura. Dulce. Y aún así, sus curvas sinuosas y sus ojos me hechizaban. Necesitaba poseerla. Hacerla mía.

Sabía que, en cuanto tocase sus labios, toda mi oscuridad saldría a la luz. Pero también sabía que ella sería incapaz de resistirse a mí.

No debería. No tenía permiso. No había estado nunca con un hombre. Pero no podía contenerme; princesa o no, virgen o no, prometida o no, iba a ser mía esa misma noche.

Aún si tenía que desposarla para ello. Acaba de desatar a la bestia, y pienso poseerla de todas las formas posibles.




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